Desde el 2003, por decreto del Presidente Eduardo Duhalde, los futbolistas argentinos tienen jubilación. El sistema de retención y percepción de aporte y contribuciones para entidades de fútbol profesional se convirtió en una ayuda para la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y los clubes que intervienen en los torneos organizados por dicha asociación en las divisiones Primera “A”, Nacional “B” y Primera “B”.
El sistema incluye a jugadores, miembros de los cuerpos médicos, técnicos y auxiliares que atienden a los planteles que practican fútbol profesional en cualquiera de sus categorías y asociaciones.
El futbol profesional es un espectáculo que forma parte del proceso histórico del país y tiene importancia en su economía. Los subsidios y las exenciones fiscales fueron algunas de las medidas adoptadas en beneficio de las entidades deportivas que movilizan dinero e incluso apuestas en Argentina.
Para tomar esta decisión, en su momento, se consideró el hecho de que las asociaciones civiles de fútbol son sin fines de lucro y han contribuido al proceso formativo del hombre y que además no solo involucra a jugadores también a un personal que labora para la institución deportiva.
La idea surgió para darles seguridad jurídica a los trabajadores dependientes de dichas instituciones. El régimen aplica sobre 2% del ingreso total por entradas a los partidos disputados por dicho clubes en todas las categorías, más la transferencia de jugadores y los derechos de televisión de los torneos disputados por dichos clubes.
Los dirigentes de AFA y los principales clubes de primera división han buscado soluciones para mejorar los aportes jubilatorios de los futbolistas apuntado a lo concerniente al decreto 12/12. Los recursos del fútbol, provenientes de los derechos de televisión, los pases y las entradas aumentaron su porcentaje al 7 por ciento, pero aun así la cifra estaba desfasada, por lo que se pidió elevarla al 14 por cierto.
De este modo el Instituto Nacional de los Recursos de la Seguridad Social y el Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones de cada una personas comprendidas en el régimen puedan garantizar un coeficiente respecto a las contribuciones.
Lo cierto es que los jugadores de fútbol gastan más de lo que les ingresa. La AFA ya ha tenido que tapar dos agujeros en los últimos años con los equipos de 1ra A, y fuero préstamos que se materializan en deudas.
El fútbol argentino debería fijarse en el modelo de la Major League Soccer (MLS) de los Estados Unidos, la única liga que publica los salarios de sus jugadores.
Los planteles como el de Boca superan los 30 jugadores profesionales, la plantilla de sueldo promediaría los US$ 400.000 cada uno, con algunos valores en US$ 1 millón. Al repasar los términos económicos el valor de cada uno de los equipos y de los jugadores más valiosos, se advierte la magnitud de las cotizaciones mensuales de cada club para poder pagarlos.
El seguro que algunos clubes de fútbol argentinos pagan por sus jugadores depende mucho de la edad y la exposición a riesgo de cada uno, pero en general, la suma asegurada de un futbolista de 1ra. División A ronda los US$ 500.000, cifra por la cual correspondería una prima anual sin pérdida de la profesión de US$ 2.700. Por un lado están las contrataciones para cubrir las personas que desarrollan actividades dentro de los equipos y por otro las contrataciones para los deportistas, por lo que se hace necesario asegurar con compañías privadas y especializadas. Un intercambio de ideas permitiría desarrollar pólizas en Argentina similares a otros países donde pudieran cubrir a todos los jugadores de la B o la C.